Willannys, de apenas diecinueve años, es madre soltera. Vive en Venezuela, pero viaja a Colombia todas las semanas para comprar pañales y enviar dinero a su familia.
Williannys tiene miedo a mostrar su rostro, pero nos cuenta su historia en un tono bajito. Tiene diecinueve años y un hijo de año y medio. Aunque es venezolana y sigue residiendo en su país, todas las semanas acude a Cartagena de Indias durante tres días para vender sus instrumentos musicales junto con su hermano menor, Adel.
Ambos vienen de una familia de artesanos que construyen bellas guitarras de cuatro, también conocidas como ukeleles, y maracas decoradas con coloridos motivos de paisajes caribeños.
Durante el embarazo, Williannys acudía a las 3 de la madrugada todos los días con un ticket de racionamiento para recoger pañales e irlos acumulando. «Después de unos meses, se me acabaron las provisiones de pañales y decidí venir acá para comprar lo que necesita mi bebe, él es muy lindo».
El trayecto desde Venezuela hasta Cartagena dura dos días viaje, haciendo escala en diversas localidades colombianas. «La plata que ganamos la enviamos a mi mamá, que ahorita está cuidando de mi niño para que pueda comprar fruta y carne. El resto de productos los llevamos a Venezuela desde acá».
En Cartagena, Williannys y Adel se alojan en un hostal. «La gente es muy amable y nos da comida. La que llevamos a Venezuela la compramos en un mercado muy barato donde hay agua por 400 pesos, por ejemplo».
La situación política y económica de Venezuela parece empeorar día a día, pero Willianys permanece en todo momento sonriente y confía en que su Dios hará justicia.
