Noticias 2008, Perú

Aventura y espectáculo se dan la mano en la tercera jornada de la Expedición

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Los participantes de la Expedición Tahína-Can Bancaja se han sumergido de lleno durante el tercer día de ruta en la cultura peruana y en sus antiguas tradiciones, y lo han combinado con una sana dosis de deporte de aventura. El día ha amanecido soleado en Arequipa, como casi siempre en esta región desértica, y tras un generoso desayuno en el hotel los universitarios se han dirigido hacia el cañón del río Chili. Un valle recortado a las faldas de tres volcanes de cumbres nevadas surcado por un río de aguas heladas repleto de peligrosos rápidos ha proporcionado un marco incomparable para la práctica de rafting. La experiencia no ha dejado a nadie indiferente, han sido tres horas de vertiginoso descenso no exentas de algún que otro sobresalto.

Todavía con la ropa mojada, los expedicionarios han almorzado en un mirador que les ha ofrecido unas vistas singulares: a un lado, el sobrecogedor paisaje andino; al otro, la austeridad de los suburbios de Arequipa. Llamas domésticas, Cuys (una especie de simpática cobaya que forma parte de la gastronomía popular peruana) y puestos con mate de coca daban un toque más pintorescos si cabe al lugar.

Pero lo mejor del día estaba todavía por llegar. Apenas daban las dos de la tarde cuando los integrantes de la expedición llegaban al recinto del campo ecológico de Alto de Amados, ubicado en Sachaca, a las afueras de Arequipa. El lugar no podía ser otro que el santuario por excelencia de las llamadas “peleas de toros”, una arraigada tradición arequipeña desde tiempos de la independencia de Perú. Un espectáculo de esta índole no dejaba de causar gran curiosidad entre los expedicionarios, por las posibles semejanzas que pudiera tener con la fiesta taurina española.

La buena atmósfera reinante en el recinto se empezó a percibir desde el momento en que el grupo de universitarios entró y recibió una cordial bienvenida por parte de los retransmisores del evento. Los “amigos españoles” habían venido a conocer de cerca la experiencia y poderla difundir al mundo en su papel de periodistas, y eso el púbico peruano lo agradeció con su hospitalidad. La plaza se encontraba a rebosar por más de dos mil personas, en su inmensa mayoría familias campesinas de la región de Arequipa. La expectación era máxima a la entrada de los dos primeros toros, en el apartado de “preliminares”, y fue in crescendo hasta la octava y última pelea, en las que los toros Capitán Veneno y Fiero, estrellas del apartado “super-fondo”, ponían fin al campeonato.

El ambiente en los alrededores de la plaza era de lo más pintoresco. Los animales mugen y se revuelven en sus cubiles, esperando su turno de salir al ruedo, mientras el numeroso público anima en la plaza a su toro favorito. Vendedores ambulantes que venden helados de frambuesa, manzanas de caramelo, caramelos de coca e inca-cola se veían por las gradas, en las que un sol de justicia iluminaba las coloridas vestimentas de los lugareños conformando una curiosa estampa. Un comentarista retransmitía en directo cada pelea y animaba el cotarro haciendo menciones esporádicas a la visita de los expedicionarios españoles, mientras que por su parte, los padrinos de las ganaderías, el juez y los criadores de los toros accedían gustosos a las demandas de nuestros periodistas y fotógrafos, congratulándose de la labor que realizan.

Un día más, la Expedición ha brindado al nutrido grupo de universitarios la oportunidad de vivir en primera persona nuevas y fascinantes experiencias en una parte del mundo hasta ahora desconocida para ellos. Porque cuando recorres la caótica ciudad de Lima, ves los picos nevados de los Andes o asistes a una tradicional pelea de toros, el mundo que hay más allá de Europa se abre a tus pies y su inmensidad se hace irresistiblemente atractiva.