Diario de Ruta 2013-2014, Tailandia

Dao, la estrella de Bangkok

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Se presenta con gafas, pelo corto, es de baja estatura y sostiene alzado con la mano derecha un paraguas de cuadros marrones. Su nombre es Daoruang Sirisakdakul, significa "estrella" en tailandés, aunque prefiere que la llamemos Dao. Su sonrisa es infinita y su risa contagiosa. Ella nos guió por Bangkok durante los dos intensos días que vivimos allí y fue capaz de mostrarnos el gran contraste que define a la ciudad.

 
Nació al norte de Tailandia, en la provincia de Lampang en un pueblo a 100 km de Chiang Mai, hace 55 años. Estudió primaria y secundaria allí, y con solo 17 años decidió trasladarse a Bangkok para estudiar Finanzas. "Fue una decisión valiente, en Tailandia la tradición marca que las mujeres de pueblo deben casarse pronto, yo discutí con mi padre porque quería estudiar más y finalmente pude escoger mi camino", dice orgullosa Dao.

Un problema de salud la alejó de aquello por lo que había luchado, pero a cambio le puso en bandeja un trabajo que más tarde demostraría ser su gran pasión. "Vine a la ciudad solamente con un billete, fue difícil empezar porque la gente piensa que los de pueblo somos tontos, pero yo podía hablar inglés, chino y tailandés, entonces empecé a trabajar en la salida de turistas y en los viajes escolares". Durante los años 80 Bangkok empezó a ser un centro turístico importante, y gracias a su nivel de inglés, Dao pudo empezar a mostrar una de las ciudades con más contrastes de Asia.

Hasta que en la oficina surgió la oportunidad de viajar a España. "En mi casa pensaban que estaba loca, todo cambió, la temperatura, la comida, iba a las tiendas chinas a comprar comida cuando con mis compañeros de piso cocinábamos, ese día todo el vecindario sabía que yo había cocinado". A través de una agencia de viajes en la que estuvo colaborando en Salamanca, Dao aprendió la lengua y las tradiciones españolas, además de ser una impulsora del turismo tailandés en la península. Conoce perfectamente la cultura, habla con entusiasmo de Madrid, Toledo, Zaragoza o Barcelona y esta enamorada del carácter de los españoles: "Ir allí me cambió, el español es más abierto que el tailandés, yo cambié muchas cosas de mi familia, aprendí a abrirme y a ser más libre, decidí que cuando tuviese hijos viajarían desde muy jóvenes".

Actualmente, Dao está casada y tiene dos hijas. Conoció a su marido en la universidad, peleándose con él en el comedor común: "Él estaba sentado en el comedor con su novia, cuando ella se levantó yo me senté allí sin saberlo. Más tarde, cuando volvió, me estiró del pelo enfadada, para defenderme le pegué un puñetazo. Allí fue cuando mi marido se interesó por mí". Dao pone énfasis en la disciplina familiar a la hora de educar a los niños, "es fundamental cómo son las famílias, hay algunas más abiertas y otras más conservadoras".

Dao se encargó de mostrarnos la realidad más turística de Bangkok, llevándonos a mercados concurridos y a templos budistas que logran dejarte boquiabierto. No obstante, también nos abrió de par en par la realidad, ya que durante el trayecto en barco a través del río Chao Phraya vimos el lado más humilde de Tailandia. Dao mostró ser parte de la expedición Tahina-can, ya que fue capaz de abrir su personalidad y de mostrarnos la realidad social del país del Siam.