Diario de Ruta 2016, República Dominicana

Entre la pobreza más rica

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Las amplias calles de Santo Domingo muestran una ciudad aparentemente pobre, donde un hombre limpia los zapatos de otro a la vieja usanza a cambio de unos pocos pesos, y mientras otro intenta vender a unos turistas despistados un fragmento de Larimar, una bonita piedra preciosa que enamora por su intenso color azul cielo y que es única en República Dominicana.

 

Esta isla, situada entre el mar Caribe, al sur, y el mar Atlántico, al norte, sin embargo, es una de las más ricas de Las Antillas. El turismo es la principal fuente de ingresos, ya que se trata de una isla caribeña con un fabuloso clima, una temperatura agradable y playas de ensueño.

Además es un lugar ideal para los amantes y no tan entendidos de la historia, dado que su capital, Santo Domingo, cuenta con un gran número de monumentos que mantienen viva la historia de su colonización, con sus pros y sus contras.

Asimismo, cuenta también con tres grandes minas de oro, una abundante y variada flora y fauna y extensos campos de productos muy apreciados en el resto del mundo el café, el cacao, la caña de azúcar y el ron, más conocido aquí como vitamina r, y que según los dominicanos, es el mejor del mundo por su pureza.

Todas estas fuentes de riqueza hacen que nos preguntemos por qué parte la población de este país vive en la pobreza.

Pese a que la dictadura del general Trujillo fue una etapa muy dura para muchos dominicanos, fué también el punto de inicio de la modernización de esta isla. Desde ese momento, la economía dominicana ha ido creciendo en los últimos años, pero, según afirma el guía de la expedición Emerson “la economía crece pero la población no lo asimila”.

Esto se debe a que gran parte de los recursos del territorio están bajo el control de empresas internacionales.

En la explotación de las minas de oro, son las empresas americanas y canadienses las que obtienen los beneficios. Por otra parte, el turismo, que es la primera fuente de ingresos del país tiene varios puntos débiles que fomentan el empobrecimiento de esta población. El primero es el hecho de que gran parte de las empresas que trabajan en el sector, al igual que con las minas de oro, son extranjeras. Esto hace que una gran parte de los miles de euros que dejaron los 5 millones de turistas que visitaron el año pasado la isla salgan del país. El segundo es que aún quedan por abrir al turismo muchos lugares de la isla. República Dominicana cuenta con siete grandes puntos turísticos que son: Punta Cana (el principal de todos), Bayahibe, Costa Caribe, Puerto Plata, Jarabacoa Costanza, Barahona y Las terrenas, ubicados en siete de las 32 provincias que componen el lugar. Esto deja a 25 provincias sin turismo y con una única fuente de ingresos que es la agricultura.

Todo ello, provoca que las primeras impresiones sean engañosas, ya que detrás de una isla aparentemente pobre, se esconde una gran riqueza, no solo a nivel de playas y lugares idílicos con paisajes de postal, sino un país históricamente muy rico que tiene grandes oportunidades de futuro.