Diario de Ruta 2016, República Dominicana

Una educación con privilegios

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A raíz de nuestra visita a la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) hemos querido aprovechar y plantear cuáles son los puntos en común y las diferencias entre el sistema educativo español y el dominicano.

 

Como nos ha comentado Fernando Diego, estudiante de Comunicación Audiovisual, en la República Dominicana los grados universitarios tienen, como en España, una duración de cuatro años. Ana Fabela, estudiante de Comunicación Corporativa, añade que cursar un post-grado o un máster hoy es prácticamente indispensable porque "el mercado lo exige".

En el caso dominicano hay diferencias notables entre universidades públicas y privadas. Los precios de la matrícula en las universidades públicas son mínimos, en contraste con nuestro país. Fernando explica que, además, la calidad es apreciable, "aunque pese a ello tiene carencias a nivel de recursos". Fausto Duran está estudiando para ser actor y asegura que la universidad privada tiene una oferta más amplia y las clases cuentan con menos alumnos, lo que repercute positivamente en la calidad de la educación.  Nos explica que las empresas, cuando van a contratar a alguien, prefieren que venga de la universidad privada.

"Al venir a nuestra universidad (privada) estáis conociendo a los hijos de los ricos", así es como Fausto resume en una frase el elitismo de la educación de primer nivel en República Dominicana. Si bien es cierto que la universidad pública existe y es accesible, la falta de recursos impide que aquellos alumnos de clase baja puedan, en un futuro, competir con aquellos alumnos de clase alta.

Este tipo de desigualdades no sólo se aprecian en el terreno universitario, sino también en la propia vida de los alumnos. Es decir, no se pueden comparar las posibilidades que tiene un alumno con acceso a internet, ordenador y un móvil a uno que no lo tiene.

"Es injusto" sentencia Fausto, y añade "aquí se pagan 500$ mensuales cuando el salario mínimo es de 200$". Concluye explicando que muchos de los problemas de la educación universitaria en República Dominicana vienen de la falta de interés por solucionarlos desde las instituciones.

Es interesante contrastar esta realidad con la española, en la que el sistema educativo también es criticado a menudo por profesionales, expertos y por el mismo movimiento estudiantil. El factor que nos une es la convicción de que la educación justa y igualitaria es la única vía para alcanzar una sociedad sana y una democracia real.