Figuras deformadas y robustas, característica de sus obras artísticas
Sencillamente fácil de reconocer. Entramos en un edificio en el barrio de la Candelaria, en Bogotà y con las primeras pinturas, que se muestran descubrimos de quien se trata. Personajes y objectos redondos, de gran volumen y deformados. Su estilo es único e inconfundible, eso es cosa de Fernando Botero.
El Caballo gordo por ejemplo es una de las figuras más conocidas y representadas en diversas escenas. Aquí se encuentra una pintura de oleo sobre lienzo y perfectamente vemos su cuerpo con volumen.
Seguimos avanzando y cada vez más apreciamos sus influencia muralismo mexicano y la pintura del renacimiento italiano,consiguiendo este estilo surrealista tan personal.
Vemos que dentro esta colección de 123 obras hay temáticas y series variadas: escenas costumbristas, paisajes o retratos. Siempre exagerando las figuras para transmitir su importancia y belleza del volumen.
Se trata de uno de los mejores artistas latinoamericanos, estandarte de la pintura colombiana, donde sus obras se encuentran repartidas en diferentes ciudades, una de ellas Barcelona donde esta el gato del Raval.
