Nos planteamos entonces si existe una gran diferencia entre la música que escuchan los españoles y los habitantes de Uzbekistán. En un principio se podría pensar que sí, especialmente por el hecho de que sea un país de Asia Central, donde la cultura varía tanto de la occidental. Sin embargo, no es así.
Es entonces cuando, hablando con Lamia, una estudiante de derecho uzbeca, vemos que el país asiático los jóvenes también escuchan a artistas tan aclamados con Rihanna o Beyoncé. Pero, además de los grandes músicos estadounidenses, los uzbecos le dan mucha importancia a la música local. La población se enriquece musicalmente a base de ellos.
Paseando por las calles de Bujara, nos encontramos con un hombre de mediana edad vendiendo discos. Nos explica que él es profesor y, al mismo tiempo, combina su carrera profesional con su mayor hobbie, la música. Se dedica a vender sus propios CDs de música y nos cuenta que uno de los artistas más aclamados en el país oriental es Yulius Uzmanova, que toca pop. Uzmanova no es sólo famoso en Uzbekistán, sino que da conciertos en diferentes países de Europa, como Francia.
Otros artistas destacables serían Ziyoda o, incluso, Gulnara Karimova, la hija del presidente Islom Karimov, que también ha hecho sus pinitos en el mundo de la música.
Y lo que en Europa entendemos como grandes artistas, que son los provenientes de Estados Unidos, en Uzbekistan su equivalencia serían los que triunfan en Rusia. Hay que recordar que este país tiene una gran influencia sobre los uzbecos, quienes incluso tienen como segundo idioma el ruso.
Un detalle muy destacable, en el que insiste Lamia, en este tema es que los grupos, cuando actúan en directo, hacen playback. La gente lo sabe, sabe que cuando compra la entrada para un concierto lo que verán es el show, ya que las voces poco las oirán. Pueden tocar alrededor de 5 canciones en directo, lo demás todo por grabación. Algo tan criticado en occidente, como es el engañar a las personas que han pagado por escucharte en vivo, en Uzbekistan no está mal visto, ni mucho menos.
Y, en un país con una inflación tan alta, ¿qué precio se le pone a la cultura musical? Al igual que en el resto del mundo, según el sitio donde se realice el concierto los precios pueden variar, yendo desde 15 a 40 euros. Aun así, no es tanta la diferencia de precios entre un sitio y otro, es más, son muy similares en ese sentido.
En cuanto a la prensa musical en Uzbekistan, Lamia asegura que aquí no existen revistas especializadas en el tema. Lo más parecido serían las secciones que algunas revistan dedican a este tema y que si la gente se quiere informar, lo que hace es visitar las páginas web de las bandas.
Con todo esto se puede comprobar que, a pesar de ser un país tan diferente a España, en el tema de música contemporánea no dista tanto de uno occidental.
