Reportajes 2017, Colombia

La Tahina de Bogotá

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La joven colombiana cree que mucha gente se opuso al acuerdo de paz porque era una forma de protestar contra el Gobierno. Además, piensa que si el acuerdo fructifica el país puede prosperar. "El proceso no es solo un cese de combates, afecta a todos los sectores. E problema es que muchos colombianos no vemos bien que las FARC se constituyan como partido político, aunque creo que serviría para que se haga política con las urnas y no con las armas. Prolongar este sufrimiento es estúpido y en estos casos solo sufre el pueblo. Las FARC nunca gobernarán si nadie les vota", aclara Camila.

La noche cae sobre Bogotá y una intensa lluvia empieza a mojar las calles. Para muchos turistas este clima puede ser desconcertante, ya que la mayoría vienen a Colombia en busca de calor, sin embargo, para María Camila Ardila, de 24 años y cafetera de nacimiento, esto no es nada nuevo, aunque, se ríe, mientras aclara que no es colombiana del todo. A los 10 años se mudó a Valencia con su madre, donde realizó sus estudios, hasta que se trasladó a Barcelona para cursar periodismo en la UAB. "Elegí Barcelona porque es una ciudad cercana a Valencia, es cosmopolita y estoy enamorada de su apacible clima", cuenta Camila.

Pese a vivir lejos de su tierra, Camila solía visitar a su familia colombiana y poco a poco empezó a interesarse por la situación de su país natal: "Antes sabía más del PSOE que del Centro Democrático de Colombia", dice Camila. Actualmente es una estudiosa del proceso de paz: "Sabia que algo iba mal en mi país pero no conocía las causas, en España nos hablaban de la guerrilla y yo la veía como el demonio. Ahora sé que el conflicto es un hecho más profundo y no solo es culpa de las FARC, es una lucha de opresores y oprimidos", afirma María.

La joven colombiana cree que mucha gente se opuso al acuerdo de paz porque era una forma de protestar contra el Gobierno. Además, piensa que si el acuerdo fructifica el país puede prosperar. "El proceso no es solo un cese de combates, afecta a todos los sectores. E problema es que muchos colombianos no vemos bien que las FARC se constituyan como partido político, aunque creo que serviría para que se haga política con las urnas y no con las armas. Prolongar este sufrimiento es estúpido y en estos casos solo sufre el pueblo. Las FARC nunca gobernarán si nadie les vota", aclara Camila. 

Hoy, Camila se está formando profesionalmente en procesos de paz, con el objetivo de luchar por una Colombia que quiere volver a vivir en paz. Sin embargo, algunos ciudadanos saben que no será cualquier precio. El acuerdo necesita propuestas que solucionen los problemas del pueblo aportando un futuro próspero para el país, para Camila.