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Visita a la Catedral de la Sal en Zipaquirá

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ueves 22, Bogotá, siete de la mañana. El despertador de muchos expedicionarios comienza a vibrar y señala un camino: la Catedral de la Sal. La primera parada de la expedición es Zipaquirá, donde se encuentra la catedral subterránea más grande del mundo. Este monumento, incrustado en el corazón de una mina de sal, es el monumento nacional mejor valorado por los colombianos.

Los expedicionarios han podido disfrutar de esta maravilla que esconde Colombia bajo la tierra

Jueves 22, Bogotá, siete de la mañana. El despertador de muchos expedicionarios comienza a vibrar y señala un camino: la Catedral de la Sal. La primera parada de la expedición es Zipaquirá, donde se encuentra la catedral subterránea más grande del mundo. Este monumento, incrustado en el corazón de una mina de sal, es el monumento nacional mejor valorado por los colombianos.

Los expedicionarios han llegado a Zipaquirá a media mañana, después de una hora de trayecto en autobús. Una vez allí, como antesala a la entrada a la catedral, han podido disfrutar de un montañoso paisaje y las vistas panorámicas que este ofrecía. Después de tomar las fotos de rigor, y no sin antes abrigarse, se han dirigido a la entrada del monumento.

La expedicionaria Jaqueline ha sido la encargada de explicar al grupo el fenómeno geológico que dio origen a este entorno natural. Hace millones de años se acumularon sedimentos encima de la sal que existía en la zona y, al formarse las montañas, debido a la plasticidad de la sal, ésta subió hacia arriba, rellenando el hueco entre las montañas, según ha explicado Jaqueline.

Una vez en el interior de la mina, los expedicionarios han recorrido el “via crucis” creado por los mineros para pedir a Dios que les acompañara en su tarea. Allí han tenido la oportunidad de indagar los pasadizos de la mina y percibir el fuerte olor a azufre. El camino está formado por trece cruces que representan la vida de Jesús y preceden túneles de excavación. En la época de los setenta, los mineros llegaron a extraer treinta y cinco mil toneladas anuales de sal. A día de hoy la mina sigue en activo, pero la mano de obra ha sido sustituida por la técnica de disolución. Cabe destacar que el 95% de la sal extraída va dirigida a la industria y tan solo el 5% se destina a sal alimenticia.

Los expedicionarios han continuado el recorrido hasta llegar a la galería principal del monumento, situada a 180 metros bajo tierra, presidida por una gran cruz excavada sobre la propia roca. Después de esta visita espiritual a uno de los grandes monumentos del país, los expedicionarios han disfrutado de un asado de carne acompañado de música tradicional colombiana.