Noticias 2017, Colombia

Paz o Plomo

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Juan Carlos Villamizar está en peligro. Se ve obligado a abandonar Colombia y exiliarse en España. Desde joven se ha implicado activamente en los movimientos políticos estudiantiles del país. Por eso, algunos de sus compañeros han perdido la vida, él debe huir. Aun así, en su nuevo hogar continúa la lucha, haciendo contactos políticos para seguir trabajando sin descanso por el proceso de paz. Durante su estancia en el País Vasco y Cataluña vive el conflicto desde la distancia, pero hoy esa distancia pertenece al pasado. Juan Carlos se encuentra en Bogotá, a salvo. El superviviente narra a los tahínos su batalla para dar a las víctimas el lugar que les pertenece y conquistar la ansiada paz.
  
Sofía está sentada frente a Juan Carlos. Para ella no se es totalmente consciente de la violencia que existe a tu alrededor, hasta que la vemos desde fuera. La violencia que describe Juan Carlos no es endémica de Colombia. Está presente en todo el mundo, aunque funcionando con mecanismos diferentes. La violencia es una.
 
Al otro lado de la sala Rosana reflexiona acerca de la dedicación de Juan Carlos. Una persona que debe abandonar su país y continuar luchando. No se rinde ante las guerrillas que utilizan la crueldad para mantener su territorio bajo control. Se aprovechan del sistema capitalista para financiarse, destruyendo la naturaleza y la gente que vive en ella. 
 
Félix escucha atentamente, una idea le alcanza como una bala. No somos conscientes de la magnitud del proceso de paz. Procedente de Euskadi Félix no puede evitar pensar en un conflicto que le es familiar, la lucha armada contra ETA. Aun así, cree que el conflicto colombiano es muy extremo. Sobre el terreno se movilizan guerrillas apoyadas por miles de personas. No nos podemos hacer a la idea de lo que han tenido que sufrir las víctimas.
 
Cerca de Félix, otro tahíno se concentra en el discurso de Juan Carlos. En la mente de Alex surge un pensamiento: valor. La admiración hacia el luchador por la paz aumenta por momentos. Admiración por seguir adelante con valentía y coraje.
 
  
Gol a 160 kilómetros por hora
 
Unos años atrás Juan Carlos se encuentra a las puertas de la selva colombiana. Está a punto de adentrarse en tierra hostil con dos guardaespaldas armados. Entran en el coche y colocan sus chalecos antibalas en las puertas a modo de blindaje, pero no es suficiente. Antes de salir los hombres que deben proteger la vida de Juan Carlos se detienen un instante. Cierran los ojos y comienzan a rezar. Esperan que Dios los escuche y puedan regresar con vida. El blindado improvisado cruza la jungla a 160 kilómetros por hora mientras se oye en la radio el partido de Colombia contra España. Una distracción para no pensar en el número de armas que pueden estar a punto de convertir el vehículo en su ataúd. El comentarista grita ¡¡¡¡¡GOOOOOOOO… La señal se pierde. El conductor frena en seco, se detiene, son ahora un blanco perfecto. El tiro mortal puede venir de cualquier sitio, en cualquier momento. ¿Gol de quién? El conductor da marcha atrás y recupera el partido …OOOOOL DE COLOMBIA!!!!! ¡¡FALCAO!!. Ni siquiera la amenaza de muerte inminente puede arrebatar a estos colombianos su pasión por el fútbol.
 
Sofía está impresionada por lo que acaba de oír. Le parece muy fuerte que se tengan que vivir situaciones así. Que exista gente dispuesta a poner su vida en peligro por un bien mayor.
 
Rosana se acomoda en su asiento pensativa. Lo que acaba de escuchar le parece surrealista, aunque ve en la historia un fuerte componente de humanidad. Tres hombres compartiendo la pasión por el deporte en mitad de una selva donde los depredadores están al acecho. Es una vuelta a nuestros orígenes. Sobreviviendo en el entorno más hostil, pero sin olvidar lo que somos, lo que nos apasiona.
 
Alex encuentra en las palabras de Juan Carlos una anécdota que define bien el carácter colombiano. Siente cierta envidia sana hacia el superviviente del conflicto por ser capaz de ponerse en esa situación tan extrema. Arriesgarlo todo y entrar en zonas de conflicto movido por principios. Para Alex la lucha incansable de Juan Carlos exige una gran dosis de coraje y valentía.
 
Las palabras del soldado de la paz calan con fuerza en los tahínos.