Noticias 2018, Yucatán

Rapear a la vida

“El rap fácil es el que habla de drogas, pero me gusta ir más allá. Mis temas me ayudan a expresar la tristeza, el odio y a veces la felicidad. Es lo que me hace seguir”, cuenta el joven rapero con una amplia sonrisa.

Cuando uno piensa en mayas suele imaginar los típicos guerreros vestidos con pieles, armados con lanzas y escudos rudimentarios. Es un tópico, similar al creer que hoy en día los pueblos mayas viven aislados y siguen comportándose cómo sus antepasados. Sin embargo, los pueblos mayas se han adaptado al paso del tiempo y sus jóvenes, como Martín de Jesús, son un buen ejemplo de ello.

 Martín de Jesús Ep Kahum es un joven maya residente en el pueblo de Tihosuco (Quintana Roo, Península de Yucatán) que a sus 16 años, rompe con el estereotipo que la gran mayoría tiene de los mayas. De Jesús es estudiante de bachillerato y lo que más llama la atención de él es su gran pasión, el rap.

 Todo empezó a los doce años, sus padres se separaron, fue una etapa dura en la cual el rap se convirtió en la vía de escape para expresar sus sentimientos y salir adelante. “El rap fácil es el que habla de drogas, pero me gusta ir más allá. Mis temas me ayudan a expresar la tristeza, el odio y a veces la felicidad. Es lo que me hace seguir”, cuenta el joven rapero con una amplia sonrisa.

 El joven de Tihosuco se confiesa fan de algunos raperos mejicanos como Nendo Peña y York, “me gusta escucharlos ya que siempre me aportan algún truco o técnica que después intento encajar en mis canciones”, dice Martín. También cuenta que dentro del rap le gusta probar los distintos subgéneros como el reagge con rap, el hip hop o el rap puro, aunque expresa el deseo de trabajar con un abanico temático más amplio en el futuro.

 Para Martín el rap es su gran pasión, sin embargo, tiene los pies en el suelo y sabe que triunfar en el mundo de la música es posible pero no sencillo:“para lograr el éxito hay que trabajar duro, tener talento y no olvidar nunca que los estudios son lo más importante. En mi caso quiero ser arquitecto”, expresa el joven.

 Su fuente de inspiración son los problemas de la escuela o situaciones cotidianas que ve en la calle, ya que son su modo de expresar lo que piensa o siente. El objetivo de sus canciones es expresarse, le hacen sentir libre. También le gusta pensar que con ellas la gente ve una solución a los problemas y es capaz de reflexionar sobre ello. “Creo que mis letras aportan esperanza y eso siempre es algo bonito”.

 La música y, en este caso, el rap, pueden servir para ayudar a la gente y hacerla más feliz. Martínn consigue romper dos estereotipos. Tiene un gran mérito porque destruye la concepción de que el rap es un género donde solo se puede hablar de drogas, delincuencia e insultos y, además, demuestra cómo los mayas han sabido adaptarse a las circunstancias evitando aislarse del resto de mejicanos. Porque, en general, los seres humanos tenemos mucho en común.

                                                                                      David Rigola-9/9/18 Tihosuco