Reportajes 2017, Colombia

Por una mejor calidad de vida

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Aunque Prieto señala todo lo bueno de Colombia, destaca, también, aspectos negativos que mantienen a este país con una pobreza y una desigualdad elevadas. “Aquí no se distribuye bien el dinero público, por ejemplo, en la Guajira esto se nota mucho: las agencias reciben mucho dinero del estado mientras que los campesinos siguen viviendo en la miseria”. Además, señala, que los servicios públicos son muy deficientes y sólo aumentan la desigualdad que reina entre la sociedad: “La saniad pública y la educación, pilares de un estado del bienestar, son de mala calidad. Lo privado es mejor, pero mucho más caro y la mayoría de la población no puede acceder”.

“Algo interesante de Colombia es su diversidad. Hay muchos contrastes”. Rafael Prieto, de 42 años de edad, reflexiona, con estas palabras, hablando del encanto del país en el que reside. Originario de Salamanca (España), ha vivido en diferentes partes del mundo debido a su trabajo de logística en la empresa P&G. México y Bélgica han sido otros de sus destinos pero Colombia es, sin duda, el país más interesante en el que ha vivido. “Al principio, cuando me propusieron ir a Colombia, mi reacción fue de negación. Pensé en terrorismo, bombas, narcotráfico…” comenta el español. Finalmente, su hermano, abogado, llevando un caso en Colombia le convenció para que no perdiera la oportunidad de ir a un país como este.

Aunque, como cuenta Prieto, Colombia es un país muy desigual, con la consecuente oportunidad de que personas de una renta media puedan tener lujos que en España son muy caros de mantener: “Contratar una persona de la limpieza, mandar a alguien a hacer la compra por ti… Vivir aquí es muy barato y esto te da muchas oportunidades”. Residente en Bogotá, en el barrio del Virrey, se desplaza cada día en bicicleta para ir al trabajo y, así, no tener que coger transporte público que, en su opinión, es muy deficiente. “Residí 8 meses en Medellín y ahora llevo ya dos años viviendo en la capital cafetera. Aunque anochece cada día a las 6 de la tarde durante todo el año, al final uno se acostumbra. Aquí el horario va dos horas adelantado si lo comparamos con el de los españoles”, comenta con una sonrisa.

Rafael se encuentra empezando su ruta hacia la Ciudad Perdida, uno de los lugares turísticos y culturales más importantes de todo el país. Su pareja, que trabaja en el Ministerio del Interior de Colombia, le ha insistido mucho en que visite esta reliquia y, finalmente, se ha decidido a emprender esta aventura. “La Sierra Nevada es preciosa, pero la diversidad de paisajes que hay aquí es enorme: el Caribe, el desierto de la Guajira, la zona colonial…”. La lista de lugares se va alargando y Prieto, con una expresión de felicidad en la cara, no deja de hablar del país cafetero con una sonrisa.

Después de tres años residiendo en el país sudamericano, tan sólo se a desplazado a España cuatro veces: “El primer año vino mi familia a visitarme y a partir del segundo año he ido a visitarles dos veces cada año. También, de vez en cuando, viene algún amigo a visitarme durante unos días”.

Aunque Prieto señala todo lo bueno de Colombia, destaca, también, aspectos negativos que mantienen a este país con una pobreza y una desigualdad elevadas. “Aquí no se distribuye bien el dinero público, por ejemplo, en la Guajira esto se nota mucho: las agencias reciben mucho dinero del estado mientras que los campesinos siguen viviendo en la miseria”. Además, señala, que los servicios públicos son muy deficientes y sólo aumentan la desigualdad que reina entre la sociedad: “La sanidad pública y la educación, pilares de un estado del bienestar, son de mala calidad. Lo privado es mejor, pero mucho más caro y la mayoría de la población no puede acceder”.

Prieto tiene que volver a Madrid dentro de poco para tener una reunión con su empresa. Y, aunque hace tres años esta situación le parecía imposible, está deseando quedarse en Colombia un poco más de tiempo: “Me gustaría criar a mis hijos en Europa, ya sea en España, Francia o Bélgica, pero de momento mi pareja y yo queremos quedarnos aquí dos años más”.