Diario de Ruta 2008, Perú

Una apuesta en la que ganamos todos

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Tres de la tarde del día 15 de septiembre, un sol abrasivo cayendo sobre el  nuevo campo ecológico  de usos múltiples de Alto de Amados-Sachaca (Arequipa).  Una pelea de toros, antigua tradición ariquipeña, acaba de comenzar. El ambiente es relajado y el público disfruta de los primeros toros de la tarde.

La emoción va creciendo y nos avisan que ésta será máxima al final de la tarde con las peleas de mayor calibre. Un pequeño grupo de expedicionarios nos disponemos a participar en la fiesta realizando algunas apuestas, para ello recorremos el recinto en busca de no se sabe muy bien qué. Al llegar al puesto del speaker un anciano capta mi atención, me dirijo hacia él y con tono atrevido le reto a una apuesta, “20 soles por Alcalde”, me mira y sin dudarlo acepta la apuesta, “20 soles por rey valentino”. Se trata de la octava pelea de la tarde.

El misterioso anciano, con su traje impecable, gemelos dorados y sombrero blanco me hace entender que no se trata de alguien cualquiera, un halo de gente le rodea, le ofrecen comida y cerveza sin parar la cual no duda en ofrecernos e invitarnos a que tomemos asiento junto a él para disfrutar de las peleas.

Busco un momento a solas con él para saber realmente quién es. Se trata de Alfredo Gaona Murillo, regidor de la municipalidad distrital de Cerro Colorado en Arequipa con el cargo de presidente de fiscalización pequeña y mediana empresa. 73 años y una vitalidad que rebosa, presume de ser empresario desde los 18 años y dedicarse a la importación de maíz a su país procedente de Argentina, Estados Unidos y Canadá. Afirma que se encuentra muy joven y realiza cosas que no realizaba cuando era joven.

Confiesa que las peleas de toros son su mayor afición, ha sido criador de hasta 12 toros de pelea. Reconoce que las peleas de toros se cargan de emoción si van acompañadas de apuestas. En un momento íntimo me revela los secretos que él tenía para alimentar a sus reses y  vencer las peleas, un par de estos últimos se basaban en poner ajo en el morro de la res para espantar a su rival o embadurnar sus cuernos con rocoto/ aji (pimiento picante) para ahuyentar al rival tras una pequeña herida o corte.

Sentado a su lado siento  como todo el cariño del pueblo gira en torno a él, tanto es así que una mujer interrumpe nuestra conversación para añadir que con frecuencia parejas le piden ser el padrino de sus hijos.

Orgulloso de su país y sus costumbres, repite varias veces  la palabra integración para describir lo que allí está sucediendo entre los estudiantes y el pueblo arequipeño. Asegura ser la primera vez que un grupo de turistas se integran de esa forma y agradecido nos invita a acompañarle en la entrega de premios de la pelea número 2 de la tarde, apadrinada por el mismo. Nos acercamos a recoger el trofeo, entonces su mirada se centra en la joven española que le acompaña, le cede su blanco y radiante sombrero, dirigiéndose hacia ella todas las miradas.

El señor Alfredo, orgulloso de haber compartido ese momento con los tahinos es saludado por los lugareños que encuentra  en su camino, siendo imposible permanecer a su lado.

 

Una hora más tarde, cuando se acerca la pelea numero 8 volvemos a visitar al señor Andrés, y allí a la espera del combate, se improvisa una pequeña fiesta entre los españoles y los arequipeños, acompañada de bailes, bebidas y algún que otro plato regional.

Está a punto de comenzar la pelea tan esperada y  nos disponemos a conseguir unas buenas vistas del campo. Cuando salen al campo los dos toros comprendo porque el señor Alfredo acepto la apuesta sin duda alguna. “Rey valentino” es casi 2 veces más grande que “Calderón”, en este momento la apuesta ya está cerrada y la palabra entre hombres aquí es sagrada, no puedo cambiar de opción, y don Alfredo me confiesa que lo hice mal, primero se debe conocer bien el toro por el que apuesto.

Comienza la pelea y Rey Valentino es claramente superior a Alcalde, que intenta luchar sin éxito alguno. Rey Valentino gana la pelea y (nos toca pagar) 20 soles al señor Alfredo, que automáticamente comienza a invitar a todos los españoles y vecinos que le rodean  a chicharrones, cervezas y refrescos.

La hora de abandonar el campo de peleas está a punto de llegar y el señor Alfredo me ofrece una nueva apuesta, pero en esta ocasión esperamos a ver los toros que se van a enfrentar. Se trata de una de las peleas más importantes de la tarde entre “Capitán Veneno” y “Fiero”. Nosotros apostamos  10 soles por el primero.  Alfredo acepta la apuesta y en esa ocasión la suerte corre de nuestra parte, el señor fiel a su palabra saca 10 soles de su cartera y nos felicita con una sonrisa.

Llega el momento de la despedida, lo que parecía una tranquila tarde de toros se ha convertido en una auténtica mezcla de culturas y un claro ejemplo de integración con el pueblo, que hasta ahora había visto a los turistas a metros de distancia.