Diario de Ruta 2008, Perú

Una paleta de colores para una vida mejor

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Entre los blancos edificios de la plaza de Chincheros, rodeado de bufandas, chalecos y bolsos tejidos a mano, Julio se pasea con sus cuadros en busca de algún turista que sepa apreciarlos. Crea coloridas imágenes con sus pinceles, como hacen las mujeres hilo a hilo en los telares.

Una carpeta repleta de lienzos. Acuarelas de tantos colores que despertarían la envidia del mejor de los arco iris. Estampas de la vida cotidiana de los campesinos peruanos.
JULIO, originario de Chincheros, se pasea cada día por el mercado de la plaza entre collares de plata y bufandas de alpaca. Muestra sus dibujos a los turistas, y si hay suerte, consigue vender alguno. Estas estampas decorarán paredes en hogares de partes del mundo que él es incapaz de imaginar, nunca ha salido de Chincheros, excepto para ir a la escuela de dibujo de Cuzco.
Este padre de familia complementa sus ingresos con lo que obtiene tras vender productos agrícolas, y le gustaría poder permitirse enviar a su hija mayor a estudiar a Cuzco, ella ha heredado el don de su progenitor y se inclina por el mundo de las artes.

Ahora es un buen momento, cada vez vienen más turistas y compran más” dice “hace una década sólo podíamos vivir de lo que dejaba el campo porque nadie venía a Perú”, se refiere a los años en los que el grupo terrorista Sendero Luminoso tenía aterrorizado al país, hecho que tuvo una gran repercusión en el sector turístico.

Cuando se le pregunta su opinión sobre el impacto del turismo en su comunidad nos contesta que a su parecer es positivo, no sólo por los ingresos que genera, sino también porque contribuye a que se realice un intercambio cultural. JULIO se interesa por nuestros motivos para estar aquí, y cuando conoce el proyecto de Tahina-Can Bancaja nos pide que relatemos lo que estamos viendo. Insiste varias veces en que el turista ayuda a difundir cómo es una región, lo que puede despertar el interés de otros para conocerla, y todo esto ayuda a superar estereotipos. Con esta promesa nos despedimos. Se aleja entre personas cargadas con cámaras de fotos ante las que él pone la mejor de sus sonrisas, sabe que de ello puede depender el futuro de su familia.