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Heyu, un hamer que quiere conocer el mundo

Por Blanca Serrano Beltejar

“Un Hamer no sabe cuántos años tiene”. Sin embargo, se podría decir que Heyu tiene 16. Empezó a contar su edad a partir de los siete porque, según su tío, esta era la edad que tenía en ese momento. A los diez su padre consideró que era lo suficientemente maduro como para realizar la celebración Ukuli Bula y, entonces, pasar de niño a hombre. De esto hace ya seis años.

Heyu es un adolescente como cualquier otro. Sale con sus amigos y disfrutan juntos de lo que tienen.Ha estudiado en la escuela primaria de Turmi, igual que la mayoría de niños del pueblo.Cuando los padres de estos niños consideran que son suficientemente mayores se van a estudiar a la ciudad.

Él vive en una casa con otros seis amigos para poder estudiar en el instituto. Todos ellos invierten parte de su tiempo libre en hacer de guías para los turistas que visitan la ciudad y con el dinero que sacan pagan sus gastos del día a día.

Su intención es seguir estudiando y poder llegar a a la universidad. Para conseguirlo tiene que sacar las mejores notas y destacar entre el resto. Además, igual que en España, los estudiantes tienen que hacer un examen después del instituto para acceder a la universidad.

“Toni es como un padre para mí”, dice mientras explica que se conocieron en un mercado cuando Heyu era pequeño y le ha ido acompañando desde entonces en su crecimiento, le quiere como a un padre. Le admira tanto que se plantea incluso estudiar turismo para poder trabajar junto a él.Toni vino hace veintidós años a Etiopía por primera vez, se enamoró del lugar y su gente y montó una agencia de viajes, Rift Valey, como excusa para volver siempre que quiere.

Como todos, Heyu también tiene sueños, quiere viajar. Conocer algo más allá de su ciudad y su poblado, quiere ir a España y visitar Barcelona junto a Toni.