Noticias 2023, Etiopía

Montse Agut, segunda generación del «Can Culleretes»

La clave del éxito del restaurante más antiguo de Barcelona está en «una relación calidad-precio estable»

Por Laura Ruiz

Primer vuelo rumbo a Etiopía: Barcelona – Estambul. Allí está con Montse Agut, copropietaria del restaurante más antiguo de Barcelona y segundo más antiguo de España. Can Culleretes, en el barrio gótico de la ciudad catalana, fue fundado en el año 1786.

Agut es una mujer cercana y agradable. Tiene planeado hacer la Ruta de San Pablo, seguirá los pasos del santo por el país. Desde la capital turca se dirigirá a Izmir, para después visitar lugares como Mileto, Didima o la Casa de la Virgen en el Monte Koressos. No es la primera vez que hace este viaje y se muestra ilusionada por repetir.

En 1958, sus padres tomaron las cocinas de Can Culleretes. En los años 40 su padre comenzó en el sector en el restaurante Agut, de su tío; según cuenta la dueña, el tío de su padre solo tenía dos hijas y en ese momento era impensable que una mujer se encargase de un negocio. Pero él quería tener su propio lugar en la hostelería, lo que le llevó a comprar el histórico restaurante catalán.

Han pasado tres generaciones de Agut Manubens por sus cocinas. Montse y su hermana Alicia siguieron el negocio familiar. Hoy, su hermana y ella se pasan de vez en cuando por el local, pero son su yerno Bernat y cuatro de sus nietos quienes se encargan del restaurante.

Can Culleretes está especializado en la cocina catalana. “La gente dice que nuestra especialidad son los canelones” comenta dubitativa la dueña. Pero, para ella, la clave de su éxito y longevidad se basa en una relación calidad-precio estable. “Aseguramos que vayas cuando vayas, vas a comer bien”. Ofrecen una cocina de calidad a un precio asequible todos los días del año.

Recuerda la pandemia como el momento más difícil, “con muchas pérdidas”. La covid-19 supuso un reto ya que fue la primera vez que cerraron. El restaurante nunca antes había cerrado, “mi padre diría que la pandemia fue peor que la posguerra”, afirma Agut. No recibieron ayudas y fue un periodo en el que perdieron mucho dinero.

Sin embargo, la copropietaria asegura que la gente responde muy bien, tanto catalanes y españoles como extranjeros. “Hace poco recibí una llamada desde Puerto Rico preguntando por los horarios porque sus padres querían venir a comer a finales de octubre”, contestó sorprendida porque queda mucho tiempo todavía y la puertorriqueña insistió en que a sus padres les hacía mucha ilusión y querían tener todo programado.

No contratan apenas publicidad pagada, solo “hace poco en algunas guías de viaje”. Tienen página web y están también en redes sociales. Pero, como la dueña declara, su clientela crece “de boca a oreja”.

Numerosas personalidades confían en el restaurante, las paredes del local están repletas de fotos de celebrities. La dueña destaca que, debido a la cercanía del liceo, reciben a muchas personas del mundo de la ópera. Las fotos se toman con una persona de la familia y, si vuelve, se pide que la firme.

Con el éxito que tiene, ¿no se han planteado montar locales en otras ciudades? La respuesta es clara: “no, se planteó, pero queremos que toda la familia esté en un mismo lugar”. La comida preparada con un toque familiar triunfa.