Paseando por Boumalne encontramos a Asha, una niña de 13 años. Llama la atención su vestimenta puesto que no es la habitual de las mujeres árabes. Viste una camiseta básica, unos tejanos y el rostro al descubierto. Desde occidente se tienen unos conceptos definidos sobre el hombre y la mujer en la cultura árabe: mujer sumisa y dependiente. Asha da la impresión de ser lo contrario.
Velo y la ropa
Normalmente no lleva velo, pero nos dice que en contadas ocasiones, sí. Cree que ahora no tiene la obligación de taparse la cara porque aún es joven y sobre todo, soltera. En el momento que forme matrimonio, deberá llevarlo. Más que como una obligación, lo ve como una tradición, ella quiere taparse cuando llegue el momento. No es algo que le moleste, no le ve ningún significado negativo.
Asha y sus amigas ven con malos ojos que enseñemos tantas partes de nuestro cuerpo, ya que supone una gran provocación para ellas. Esto nos llamó la atención, pensábamos que este sentimiento vendría por parte de los hombres. Existe un debate de diferentes opiniones entre hombres y mujeres respecto a la vestimenta de los turistas. Nosotras, vestimos pantalones cortos y camisetas básicas, indumentaria nada provocativa para nuestros cánones.
Futuro dependiente de su pareja
La joven marroquí no esconde ambiciosas expectativas de futuro. Si bien, los estudiantes marroquís tienen la enseñanza obligatoria hasta los 13 años de edad, Asha al tener esta edad aún se encuentra en el camino. Tiene la intención de realizar estudios superiores, especialmente, medicina. Su idea es cursarlo en Francia, ya que tiene la facilidad y el conocimiento del idioma. Sus palabras nos demuestran firmeza y seguridad, pero finalmente apunta que todo dependerá del hombre con el cual contraiga matrimonio.
Curiosamente tiene la intención de casarse a los 19 años, justo la edad en que finalizaría el bachillerato. Espera que las decisiones que se tomen en su casa, sean igualitarias entre marido y mujer, así viajar juntos a Francia para que ella pueda realizar su sueño. Pese a esto, reconoce que si su marido no está de acuerdo con sus expectativas, optará por quedarse en Marruecos.
Es la historia de una joven, que como muchas, cumple las costumbres de un país ajeno a las tradiciones de occidente, contrastantes y sobre todo, diferentes.