Por Ana María González
¿Quién se puede resistir a viajar a Egipto y no montar en uno de sus camellos? “Estos animales no gozan del bienestar que deberían, y acceder a estos servicios perpetua esta situación”, comenta Miquel, veterinario de profesión. “Al estar constantemente atados no pueden desarrollar su comportamiento natural, además el adiestramiento de estos animales no suele ser de lo más amigable”, añade. El aspecto esperanzador es que cada vez más viajeros toman conciencia de esta situación como el caso de Albert, un turista arrepentido de haber montado.
A finales del 2020 el Ministerio de Turismo en Egipto anunció sus intenciones de prohibir los paseos en camello y caballos en los principales lugares turísticos como las pirámides de Giza. Albert se montó en dicho lugar “por capricho”. Ahora siente un profundo malestar puesto que no sabe los problemas de salud y bienestar que implica su uso en actividades turísticas. “Me he montado porque me hacía ilusión tener una foto en camello delante de las pirámides. Me he sentido algo mal al hacerlo, ya que estaba usando a un animal para un capricho”, afirma Albert.
Los camellos para paseos o fotografías “pueden llegar a padecer lesiones en las vértebras por sobrecarga”, comenta el veterinario Miquel. Además, “el daño puede ser mayor si el peso se coloca en medio de la espalda, ya que el peso recae por completo en las vértebras”, añade. PETA Asia (link) lleva mucho tiempo denunciando el trato dado a camellos y caballos utilizados para visitas turísticas pudiendo ser substituido por automóviles o vehículos eléctricos. Ahora, tras varios años de lucha por usar animales de forma cruel, ven la luz al final del túnel.