Por Nàstia Mas
Una nube de personas presta atención. Mirando hacia el Miskaye Hizunan Medehanialem Monastery, siguen con expectación el discurso sagrado. Para los etíopes, es 27 de septiembre, el día de alabar al santo Redentor. Sobre un pedestal, un hombre vestido con un tradicional atuendo reproduce los relatos sagrados. Durante el discurso, cambia de tono y enfatiza algunas partes. El objetivo: educar a la población a través de la fe de Dios, del cristianismo ortodoxo; la religión más influyente en Etiopía.
Aunque para el calendario gregoriano es 2 de septiembre del 2023, en este país estamos a 27 de septiembre del 2015. Esta organización del año, llamada Ge’ez, se compone de 12 meses de treinta días y uno de entre cinco o seis llamado Enavot. El 27 de cada uno de ellos, los ciudadanos acuden a esta iglesia para celebrar el día del Redentor. El resto de los días, el templo ofrece la tradicional misa mientras que otros centros religiosos realizan sus rituales de acuerdo con el santo al que se dirigen. Solo el día 1 está dedicado a la Virgen.
Para presentarse ante el predicador y, en consecuencia, ante Dios, los creyentes están en ayunas, solo comen verdura -nada de carne-. Esto mismo también sucede cada lunes y miércoles y durante la cuaresma, cuando durante 55 días de lunes a viernes restringen su dieta del mismo modo.
Este mes, la festividad ha caído de manera especial, en sábado. Permite que los trabajadores no tengan que dejar de trabajar. No obstante, alrededor del centro religioso decenas de personas venden artículos, como libros sagrados o telas. Incluso los niños. El dinero recaudado se destina a la iglesia, que se nutre de las donaciones de los creyentes. Mientras la expedicionaria se encuentra en las puertas del templo religioso y charla con un local, infantes la agarran sutilmente de la camiseta y del pantalón a la espera de un juego y, muy probablemente, de una donación económica.