Por Àgata Lasheras
Cuando pensamos en ego siempre lo conectamos con algo malo, pero de hecho la realidad es que nuestro mundo está repleto de este. En la prehistoria ya empezaron a haber representaciones artísticas que situaban la figura del hombre como especie por encima del resto de seres vivos, mostrando escenas de caza y pesca. La evolución de este antropocentrismo primario fue derivando en la actualidad, donde no concebimos de otro modo la realidad y anteponemos nuestros deseos por encima de todas las cosas.
El antiguo Egipto no es una excepción de esta tendencia, es más, es un claro ejemplo de ello. Los faraones afirmaban creer en los dioses de la mitología egipcia, pero muchos de ellos se consideraban uno más. El reflejo de este ego resultó en centenares de monumentos gigantescos repartidos por todo el país. Bien es cierto que muchos faraones se representaron dentro de templos dedicados a deidades, pero también muchos mandaron construir otras arquitecturas solamente para ellos.
Las pirámides son la clara demostración del egocentrismo. En Egipto se encuentran más de 100 obras piramidales que lo corroboran. Estas se consideraban «un escalón para subir al Más Allá» y movilizaban a una gran cantidad de mano de obra en su construcción. El faraón, situándose por encima del pueblo, mandaba la creación de este espacio sagrado solo para él, donde poder enterrarse y pasar a la vida eterna.
Pero eso no es todo: además, algunos faraones se situaron incluso al mismo nivel que el dios del sol, Ra, demostrando claramente su distinción al resto de mortales y separación de la tierra. Esto lo hicieron mediante la situación de su tumba dentro de la pirámide, puesto que en algunas construyeron dos posibles tumbas, una de ellas en la parte alta de la pirámide.
Es cierto que mucha de la riqueza arquitectónica de Egipto es gracias al ego de los faraones, ya que sin él no encontraríamos centenares de edificios que hoy consideramos emblemáticos. Aun así, debemos tener en cuenta los motivos egoístas por los cuales se construyeron y analizar cómo cambiar el ego actual para no someter al resto.