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Trabajo sin raíces

Por Cristina Sanchis

A Haitham kamal le suena la alarma a las seis de la mañana. Le cuesta levantarse después del día anterior donde el calor y pocas horas de sueño marcaron su jornada de trabajo. Amanece en el sur de Egipto, concretamente en la región de Aswan, a 869 kilómetros de su casa en El Cairo. Se prepara en tiempo récord no sin antes llamar a su mujer e hijas y, desde la distancia, preguntarles si todo va bien, aunque sepa que no podrá hacer nada si pasa algo importante. Se pone una sonrisa, gorra y crema factor 50 para recibir a un grupo de turistas ansiosos por conocer el país de los faraones.

La rutina de Haitham es la misma que repiten más de 4.000.000 de personas que se dedican al turismo en Egipto. Muchos guías apasionados como él dedican su vida a la historia y pagan el precio de vivir durante continuas temporadas lejos de casa y familiares. «Es lo que impone este sector», dice con media sonrisa el trabajador.

El turismo en Egipto es una de las fuentes de ingresos más importantes del país. Pese a que gozan de otras actividades económicas como la exportación de fruta, verdura y petróleo el guía afirma que si no hay turismo «no hay nada para comer». Como el resto de países del mundo, Egipto ha visto su economía gravemente afectada por la pandemia. Los visitantes han tardado más de un año en volver a las históricas ciudades y en un número mucho menor que en la era pre-Covid.

«Pasé de ser un robot a no hacer nada» Cuenta Haitham y explica que su situación fue desesperante pero con suerte, pues durante el tiempo de ‘parón’ ha podido teletrabajar en una empresa de viajes, lo que supone llevar dinero a casa y no pasar hambre. Suerte con la que no han podido contar muchas otras familias.

Es justo el teletrabajo una opción que no descarta para el futuro, pues cuando su físico no le permita llevar el ritmo frenético de las excursiones que a día de hoy organiza tendrá que buscar una nueva ocupación para poder seguir ganando un salario. «Yo me adapto a las cosas», afirma al hablar del futuro. Cuenta que su experiencia laboral le ha convertido en una persona paciente que fluye con el ritmo de los acontecimientos y se adapta a ellos conforme van ocurriendo. Afirma ser un «vagabundo oficial» Y tener un trabajo sin raíces que le hace igual de feliz que de esclavo.