Noticias 2023, Etiopía

La etnia Hamer: lo que quiso y no fue

Por Carlota Palma

Latigazos, cicatrices y saltos sobre vacas. Esta es la ceremonia Hamer, un grupo étnico de Etiopía, para consumar el paso de la infancia a la adultez de los jóvenes etíopes. Única entre todas las celebraciones del país, algunos turistas pueden acceder al “Ukuli Bula” mediante el pago de 1000 birrs y, por su puesto, después de conducir durante horas hacia su remota aldea.

Es lunes por la noche y los expedicionarios están cenando en la aldea Dorze, tras visitar el mercado, la escuela y la inmensa plantación de entete. A Toni Espadas, líder de la expedición, le avisan diversas fuentes que el próximo día se celebraba un Ukuli Bula en la aldea Hamer. Tras plantear al grupo la posibilidad de asistir, se aprueba por unanimidad. El martes a las 6:30h de la mañana, los expedicionarios ponen rumbo hacia una de las celebraciones más especiales de Etiopía.

El ritual de Bull Jumping representa el paso de la infancia de la etapa adulta de los niños Hamer. El Ukuli es el protagonista, pero la celebración consta de varias actividades que se alargan hasta tres días. La más impactante a nivel visual son los latigazos que los hombres propinan a las mujeres para poder demostrar su valentía, fuerza y capacidad para mantener a una familia.

Tras siete horas de camino por la carretera que une a Addis Abeba con la frontera entre Etiopía y Kenia, los expedicionarios se preparan para comprender (al menos intentarlo) lo que representa el ritual para las mujeres Hamer. Realizan unos bailes sistémicos y repetitivos que las llevan a una especie de trance y, posteriormente, piden a los hombres que las latigueen con largas ramas. Esta acción, que provoca cicatrices que escarificarán en un futuro, establecen la fortaleza de la mujer al poder soportar semejantes golpes. No reniegan de la fiesta: son ellas las que quieren demostrar su fortaleza y capacidad para mantener a una familia.

El ritual supone un choque cultural para aquellas personas que, a pesar de no pertenecer a la etnia Hamer, tienen la posibilidad de asistir a la ceremonia. Ari Gombau, estudiante de cuarto de periodismo en la UAB, confiesa que “con los latigazos me he tenido que girar, me ha chocado demasiado”.

Nacho Blanco, profesor de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, recuerda la obra de Ortega y Gasset para asimilar la experiencia vivida. La realidad patente es compartida por todas las personas que vivieron el Ukuli Bula, pero las interpretaciones son muy distintas entre los locales y los extranjeros.

La realidad latente marca la manera en que interpretamos aquello que vemos. Un mismo hecho representará siempre diferentes realidades según quién lo mire, siendo nuestra cultura y red de creencias el factor determinante de nuestra percepción.

Paula Pascual, estudiante de periodismo en la Universitat Autònoma de Barcelona y expedicionaria de Tahina-Can reflexiona sobre los latigazos: “nosotros las vemos como si fueran víctimas, pero no podemos juzgarlo desde nuestras tradiciones”

Los “tahinos” no son capaces de emitir un juicio en firme sobre el Ukuli Bula. La incomprensión sobre la ceremonia les lleva a pensar que en el mundo existen tantas realidades distintas como personas. Pensar que la suya propia es la correcta es, además de un error, una falta de comprensión sobre las culturas que llevan evolucionando en nuestro planeta en los últimos siglos.