Reportajes 2009, Ecuador

Las manos que alimentan el mundo

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Ecuador es un país bien conocido por su sierra andina, su cuenca amazónica, su bellísima costa pero sobre todo por sus Islas Galápagos, donde Charles Darwin tras un largo viaje  de exploración a bordo del Beagle, elaboró  la teoría de la evolución por selección natural. Este año se cumplen 200 años de este maravilloso evento científico, germen del gran conocimiento actual en biología, ecología y genética.

 

Dando un paseo por la cordillera andina, pueden observarse una inmensidad de comunidades indígenas que subsisten sobre todo gracias a la agricultura. Papa y maíz son la base de su alimentación, cultivos que fluyen generación tras generación mediante la guarda de la simiente.

Estos dos cultivos tienen un origen y centro de diversificación común, América Latina. La conquista del nuevo mundo no solo aportó cantidades incalculables de oro, aportó algo más importante, algo de valor incalculable, la alimentación.

Hace tan solo unos 500 años que los europeos  conocimos estos cultivos, y los incorporamos a nuestra dieta, convirtiéndolos en fieles aliados durante los peores momentos de nuestra historia, salvando millones de vidas en épocas de sequía y guerras.

En los últimos 70 años, gracias al conocimiento creciente en genética y biología, se han desarrollado variedades comerciales de muy alta producción no así de igual calidad, que impiden unas prácticas culturales como las realizadas en el actual Ecuador, es decir no es posible guardar y conservar la simiente para su posterior uso.

De este modo se pierde la posibilidad de generar una enorme agrobiodiversidad, que permita desarrollar la mejora de los cultivos ante la aparición de nuevas patologías, al mismo tiempo que subyuga a los agricultores a una dependencia de las casas de semillas multinacionales.

Dado que América Latina no es económicamente rentable para dichas multinacionales, es aquí en países como Ecuador que mediante un cultivo tradicional, se salvaguarda la mayor agrobiodiversidad del planeta.

Es paradójica la gran afluencia a países sudamericanos de agentes de casas de semillas  en viajes de prospección, buscando nuevas características desarrolladas en cultivos andinos para incorporarlo a los cultivos en los países desarrollados.

Tras un paseo en bici por los huertos del parque nacional de Cuicocha uno piensa: "Ecuador no sólo nos regaló el mayor de sus tesoros sino que actualmente lo salvaguarda sin ningún tipo de  recompensa"¿Somos conscientes de esta gran injusticia?