Diario de Ruta 2016, República Dominicana

De cara al turismo

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Severo De Los Santos es un dominicano de 46 años que trabaja en el resort BlueBay de Puerto Plata. Es un hombre alto y de piel morena, como la mayoría de dominicanos, pero destaca por su mirada de pestañas largas y ojos color miel.

 

Viste con una camisa blanca con rayas que le hace destacar por encima de los demás camareros del recinto. Trabaja detrás de la barra del bar situado en la piscina del resort preparando las bebidas que los turistas le piden, pero su función no se limita a servir tragos. Él es capitán de restaurante.

Severo nació en República Dominicana y el 1986 se instaló en Puerto Plata. Cursó los estudios básicos hasta los 16 años. Posteriormente, decidió estudiar un curso de un año de duración en la escuela hotelera Montemar. Desde  los 17 hasta los 20 años trabajó en un puesto de helados en Puerto Plata. Años más tarde recibió una oferta de trabajo en uno de los hoteles de la compañía Villadorada, donde estuvo 5 años, y que más tarde cambiaría el nombre a BlueBay, que es el actual, en el que lleva 7 años trabajando. Severo confiesa que “fue una gran oportunidad que le permitió encontrar el trabajo que soñó desde que era joven”.

Empezó como camarero en el restaurante y posteriormente ascendió a capitán de restaurante, que es la persona que se encarga de supervisar el trabajo de los camareros. Actualmente es supervisor de bares. Me explica que su trabajo consiste en preparar tragos, organizar el área y ordenarla. “A veces, cuando hay dos camareros hay que decidir que hará cada uno, como, por ejemplo, cambiar el agua, mantener el área organizada, recargar las bebidas que se terminan…”. Al ser el jefe de bares, Severo habitualmente da una vuelta por todos los del resort, comprobando que todo funciona correctamente.

Tiene 5 hijos. Las edades van desde los 18 hasta el año de edad. Además, actualmente, está esperando un bebé. Explica que su hija mayor estudia magisterio en Alemania, y que es una gran oportunidad para aprender el idioma y labrarse un futuro más prometedor.

A Severo le entusiasma su trabajo, y según él “es uno de los mejores trabajos, ya que es tranquilo y está bien pagado, y a veces los clientes dan propinas que se agradecen”. Por el momento, Severo no cree que haya otro trabajo mejor en el hotel que el suyo. Pese a ello, está estudiando más idiomas para poder ser más competente en su puesto. Sabe español, castellano y francés.

Trabaja todos los días, con un descanso de día y medio a la semana. Le dedica a su labor 8 horas diarias, aunque al ser supervisor siempre se queda 30 minutos o 1 hora más cada día para dejarlo todo preparado para la mañana siguiente.

Severo cuenta que a pesar de que le encanta su trabajo, le gustaría trabajar como guía una vez jubilado, enseñando el país a los turistas y viajando con ellos, explicando la historia de la preciosa isla dominicana.

El capitán del hotel se declara feliz con lo que tiene y espera que pueda seguir en su puesto muchos años más.