Diario de Ruta 2023, Etiopía

El pulso del lago Chamo

Por Laura Ruiz Sancho

El día que más esperaba ha llegado. Nos hemos subido a unas barcas para ver cocodrilos e hipopótamos en el lago Chamo, ubicado en pleno valle del Rift. Y no me ha defraudado.

Todos estamos cansados. Se acerca el final del viaje y, por un lado, nos apena que termine, pero por otro, queremos descansar y volver a nuestra zona de confort. Han sido unos días muy intensos, en un lugar muy distinto a nuestros lugares de origen.

El médico está a tope. La gastronomía etíope, pero sobre todo las pastillas para combatir la malaria, están haciendo mella en los expedicionarios. Hoy es la última noche y sigo sin creerme que estoy en Etiopía, África.

La excursión por el lago Chamo estaba programada hace unos días, pero se nos presentó la oportunidad de ver un rito hamer y modificaron el horario. Si ya tenía ganas, la espera aumentó, y mis ganas con ella.

A menudo tener expectativas es peligroso, puede suponer una decepción más fácilmente. Las expectativas condicionan cómo vives la experiencia. A pesar del cansancio acumulado, estaba llena de energía. Mientras algunos se han quedado dormidos en el viaje en barca hasta el punto donde estaban los animales, yo no podía parar quieta.

Primero hemos visto los cocodrilos, que ni se han inmutado. Nos hemos acercado tanto que casi que, si alargaba la mano, podía tocar su áspera piel. Los hombres encargados de tripular la barca no parecían tener miedo. Esto se ha reafirmado cuando se han acercado tanto a los hipopótamos que una de las embarcaciones ha tenido que salir huyendo rápidamente. Tres de los mamíferos se han sumergido, hemos notado cómo la superficie del lago se mostraba revuelta en dirección hacia la barca en cuestión, el conductor ha empezado a darle fuerza al motor y han salido de ahí rápidamente. Cuando se han girado, los tres hipopótamos estaban sacaban la cabeza justo en el punto desde el que se han ido.

Se estima que cada año los hipopótamos matan a unas 500 personas en África, lo que los convierte en el animal más letal del mundo después de los mosquitos.

Desde pequeña, he hecho piragüismo e ir en barca por un lago, me ha provocado nostalgia y muchas ganas de volver a remar. Por supuesto, ver cocodrilos e hipopótamos es ya un estímulo importante, pero para mí subir en una embarcación desde la que teníamos tan cerca el agua que podíamos tocarlo con la mano es lo más emocionante.

El resto del día lo hemos pasado en el autobús: algunos durmiendo, otros trabajando. Han sido unos días muy ajetreados y las horas a las que teníamos un rato tranquilo, solo nos apetecía dormir. Por eso, muchos tenemos trabajo pendiente y las siete horas de autobús, si no te marean, son el momento oportuno.