La segunda edición del proyecto recorrió durante quince días la sierra y la Amazonía ecuatoriana. Los 47 expedicionarios pudieron, entre otras cosas, participar en un ritual chamánico, subir a las faldas del Cotopaxi, el volcán activo más alto del mundo o nadar en las aguas del río Tiputini, en la selva ecuatoriana, donde habitan caimanes y pirañas.
La expedición visitó Quito, donde recorrió su zona colonial y participó en conferencias en la Universidad de San Francisco de Quito.
Por otro lado, la visita a la Universidad Internacional de las Naciones y Pueblos Indígenas del Ecuador permitió a los expedicionarios conversar con una pequeña representación de las etnias indígenas más importantes del país. El chamán de la universidad dirigió una ceremonia de bienvenida, basada en costumbres ancestrales, e invitó a todos los expedicionarios a probar la Pacha Manca, un tributo a la tierra y una muestra del arte culinario indígena. Las visitas que se desarrollaron fuera de la capital se concentraron el volcán Cotopaxi y en el mercado indígena de Otavalo.
La Amazonía ecuatoriana fue el escenario de la segunda semana de viaje. Los expedicionarios caminaron por la selva y avistaron ejemplares de hormigas conga, guacamayos, caimanes, tapires, monos aulladores, ardillas rojas…
Los expedicionarios se zambulleron en las aguas del río Tiputini, comieron «hormigas limón» y conocieron la jungla de la mano de los guías quechuas de la Estación de Biodiversidad Tiputini. La pesca de pirañas completó los cuatro días de estancia en Tiputini. La expedición volvió a Quito y desde allí regresó a España.