Existen dos teorías sobre la altura de su cima: algunos libros apuntan a que alcanza los 3.080 metros, mientras que otros afirman que su altura es de 3.125. Junto a esta montaña está La Pelona, pocos metros más baja que el Pico Duarte, y, entre ellos se encuentra el Valle de Lilís.
Muchas son las personas que se sienten atraídas por este paraje, tanto extranjeros como los propios dominicanos. En un fin de semana extenso pueden subir hasta 5.000 personas, en su mayoría lugareños.
En las épocas de invierno, la afluencia de curiosos que buscan ascender hasta la cima aumenta, siendo ésta una de las excursiones más demandadas por los dominicanos que buscan sus frías temperaturas.
Generalmente, los visitantes no se conforman con realizar la excursión hasta Compartición, donde se encuentra el refugio situado a 2.400 metros, sino que tratan de llegar hasta la cima y coronar la montaña.
Mientras que el dominicano opta por ir en invierno, el extranjero se decanta por el verano. Es habitual la llegada de estadounidenses y europeos que huyen del frío de sus países. Este hecho puede extenderse no solo al Pico Duarte, sino a toda la isla dominicana.
El Pico Duarte se divide en dos partes: la ascensión al pico y la excursión al Valle Tetero, situado dentro del parque y al que se accede mediante una bifurcación antes de la loma del arrepentimiento, que es la parte más complicada del recorrido.
Son muchos los motivos que empujan a los excursionistas a llevar a cabo este reto, pero todos coinciden en la satisfacción que conlleva llegar a la cima. Es una excursión larga, aunque mucha gente piensa, antes de realizar el recorrido, que al ser una montaña situada en el Caribe no es muy exigente. En ella no se alternan subidas con llanos, sino que la pendiente es constante y exigente.
En un día se pasa de los 1.100 metros que hay desde el inicio, hasta los 2.400 metros del refugio de Compartición.
Otras razones son también el gusto de disfrutar de un poco de frío en una isla tan cálida y el hecho de pasar un rato agradable con los amigos acompañados bajo la luz de la luna, contemplando las estrellas y bebiendo “romo”.
Las personas que hacen el pico en un día son, normalmente, alpinistas experimentados. El resto de gente divide el ascenso como mínimo con una noche de por medio; el primer día se sube hasta el refugio de Compartición, se duerme y al día siguiente se llega a la cima del pico y se baja hasta el punto de partida inicial.
Todo depende del tamaño y la condición física del grupo, lo que hace variar el tiempo en el que se realiza la ruta. Normalmente a compartición se llega entre 5-8 horas, en casos de mal clima, las personas con poca preparación física o grupos grandes pueden tardar hasta 10 horas. Estas personas pueden subir en mula si no se ven capaces de llegar a pie.
Mucha gente llama, erróneamente, sherpas a las personas encargadas de hacer posible que los expedicionarios cumplan el objetivo de llegar a la cima. Los sherpas realmente son un grupo étnico que vive en las montañas del Nepal y que se encarga de abrir camino a los expedicionarios que deciden escalar el Himalaya. En Pico Duarte se les llama simplemente guías. Los guías que realizan la expedición forman parte de una asociación y las empresas y personas que quieran realizar la ruta están obligadas a trabajar con ellos, aunque pueden llevar también sus propios guías para complementar. Los trabajadores de la asociación son personas que residen en la zona y que se inician en el oficio desde pequeños, acompañando a sus padres, que en su gran mayoría son agricultores o ganaderos.
El problema que se plantea con estos guías es el trato que dan a las personas que quieren hacer la excursión, ya que al no estar formados por ninguna escuela la atención al cliente no es del todo buena. En muchos casos, si los turistas no hablan el castellano la comunicación se dificulta. A este problema hay que añadirle el hecho de que el gobierno no proporciona recursos suficientes para fomentar este tipo de actividades. El ministerio se centra en el turismo de sol y playa, y deja en segundo lugar al de montaña.
El Pico Duarte es pues un lugar único en el Caribe, donde todo el mundo con una mínima preparación física y muchas ganas e ilusión puede lograr el reto, que sin duda llena de orgullo y satisfacción a todo aquel que corona la cima.