A veces, mientras intentamos dibujar nuestra realidad, ignoramos que otros tambien buscan la suya y, es al retirar un instante la mirada, el momento en que encontramos personas que observan la misma luz que nos cego.
Felipe Francisco Cetzal Max te hace sentir un poco asi cuando habla, como si ambos hubieran estado viendo el sol semana tras semana y, de golpe, descubrieran los ojos del otro.
Conocer, aprender, mirar siempre sin juzgar. Olvidar lo que sabemos. Volver a ver como el niño. Comprender y mostrar a los demás aquello que descubrimos en los gestos, las palabras, en los detalles mínimos. Y creer entonces que somos algo más libres, más cuerdos, más sabios. Esa es la misión del periodista y quizás también la del hombre.
A veces, mientras intentamos dibujar nuestra realidad, ignoramos que otros también buscan la suya y, es al retirar un instante la mirada, el momento en que encontramos personas que observan la misma luz que nos cegó.
Felipe Francisco Cetzal Max te hace sentir un poco así cuando habla, como si ambos hubieran estado viendo el sol semana tras semana y, de golpe, descubrieran los ojos del otro.
Le brillan las pupilas de ilusión y ¡se siente en sus movimientos tal ansia de aprender! Felipe es bailarín, pero no de danza clásica, sino de folclore maya. Es su modo de comprender que son los demás y mostrar lo que es él.
Defiende su cultura, su ser, la tradición y lengua de un pueblo con tanto fervor que sólo necesita dos palabras para dejar a los interlocutores anonadados:"In Katach" (Te quiero).
Felipe consuela el alma de aquel que cree caminar solo. Es cierto que todos estamos cerca.