Miles de chiítas han acudido a la gran procesión en Isfahán
Por Luis Rodríguez
Las calles de Isfahán se han teñido de negro para conmemorar la festividad de Ashura. Se trata del aniversario del martirio del imán Huséin, nieto del profeta Mahoma y máximo representante del chiísmo islámico. Con ello, los musulmanes chiíes ponen fin a diez días de actos festivos en honor al imán.
Miles de chiítas han acudido a la gran procesión de la Ashura que ha finalizado en la plaza Naqsh-e Jahan de Isfahán. Una jornada de duelo y reflexión en la que muchos de ellos se han manifestado de luto, y al grito de “Ya Huséin”, para conmemorar el martirio del imán. Huséin fue asesinado en la ciudad iraquí de Kerbala por las tropas del califa omeya Yazid, al rechazar jurarle fidelidad.
“Para los musulmanes la Ashura es un símbolo de justicia por todo lo que sufrió Huséin. No es solo un acto religioso, sino que su mensaje va más allá..”, explica un trabajador de la mezquita Jameh de Isfahán. Él mismo cuenta cómo diez mil chiítas acuden a la mezquita durante diez noches para realizar una ceremonia dividida entre hombres y mujeres donde “eligen estar en el grupo de buenos o malos”.
La Ashura se celebra el décimo día del Muhárram, el primer mes del calendario musulmán, en los países árabes de mayoría chií. Durante la jornada se realizan actos honoríficos como marchas multitudinarias, flagelaciones con cadenas, peregrinaciones o ayunos.
