Observar a un gran número de menores en Perú, es una de las formas de romperle a una el corazón, ya que muestra uno de los puntos críticos de la sociedad peruana: la protección de la infancia.
Las ONG’s constituyen una herramienta fundamental en la misión de investigación y difusión de la realidad de la población, sobre todo, en cuestiones de menores.
El estado debería informar a las ONG’s sobre las diferentes medidas de apoyo a las familias con hijos menores y de prevención, detección y tratamiento del maltrato infantil y las situaciones de desprotección debidas en gran medida a los pocos recursos de la propia familia.
Los criterios orientadores para la clasificación de las ayudas tanto desde el gobiernos como de las organizaciones de ayuda internacional deben adecuarse a la actual realidad social peruana. Para ello, se deben de exigir estudios independientes para analizar cuales son las necesidades reales y aplicar los derechos que se les ha otorgado a nivel mundial a los menores.
Existen medidas de protección de estos niños que implican en algunos casos la separación de su familia: acogimiento residencial, familiar y la adopción.
La seguridad emocional es indispensable entre las necesidades básicas del niño porque las figuras familiares son incondicionales y accesibles para proteger y ayudar. Creo que deberían existir programas de integración familiar y de desarrollo económico que ayudarían a solucionar gran parte de estos actos desde un apoyo gubernamental más desarrollado de los que existen hoy en día.
Se debería remarcar que la mejor protección a la infancia y a la juventud exige un comportamiento activo de la familia y educadores quien son los responsables de su educación.
Las necesidades de los menores dentro de la teoría del desarrollo social permiten entender su desarrollo como una interacción entre el menor y el medio ambiente. Es indispensable que el niño esté en un entorno personal y social adecuado que tenga sus necesidades básicas cubiertas.
Comprendiendo estas premisas, nos podemos preguntar cual es el tipo de familia, sociedad, escuela, cultura… que satisface mejor estas necesidades y que podrían mejorar sus posibilidades, y cuales de estos parámetros pueden ser una amenaza para el niño indefenso.
En muchas ocasiones no se produce la adecuada relación entre el niño, entorno y familia. Como consecuencia, éstos no adquieren el nivel de afectividad e identidad personal que luego podrían traducirse en problemas cognitivos, conductuales y afectivos entre muchos otros.
La protección infantil debe ser una respuesta de ayuda exterior de la familia y el entorno y también por supuesto, del mismo circulo familiar, e incluso del menor ya que éste mismo debe saber adaptarse y saber afrontar y superar los riesgos que pueda sufrir.