Noticias 2017, Colombia

Una sonrisa por La Paz

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Marcos cuenta que el conflicto ha dividido a muchas famílias, a la suya también. En los alrededores del poblado se encuentran divididos los miembros asesinados por la guerrilla y los militantes de ésta, lo que ha roto por completo la relación armónica de la comunidad.

Hace 37 años Marcos se exilió de su aldea natal, un pequeño poblado en la montaña. Sin embargo, hoy su sonrisa no ha dejado de brillar. Es un hombre alegre que va contándonos la historia de su vida mientras conduce el todoterreno que nos lleva de camino a la primera base para dar comienzo al ascenso a la Ciudad Perdida. No deja de hablar y de reír durante todo el trayecto. Poco antes de llegar al punto donde nos encontraremos con el resto de nuestros compañeros, Marcos estaciona el 4×4 en el arcen de la carretera para comprarnos unos mangos y mandarinas frescas que corren a su cuenta.

 

No obstante, detrás de esta alegría impostada y sonrisa torcida, se esconde una historia llena de dolor y marcada por el conflicto con las FARC. Las llamadas zonas rojas, espacios donde las guerrillas solían actuar, no dejaban de crecer. Cuando las FARC acechaban los alrededores de su poblado natal, Marcos decidió huir, consciente de que en poco tiempo vendrían a buscarlo para reclutarlo. Sus dos hermanos mayores se quedaron con sus padres; un día la guerrilla llegó a casa de Marcos y, tras la negativa de sus hermanos a alistarse a las filas de la banda, los asesinaron.

 

Marcos cuenta que el conflicto ha dividido a muchas famílias, a la suya también. En los alrededores del poblado se encuentran divididos los miembros asesinados por la guerrilla y los militantes de ésta, lo que ha roto por completo la relación armónica de la comunidad.

 

Por todo el dolor que esta guerra ha causado en su vida, Marcos se muestra favorable a la paz, pero no así a las condiciones del proceso. No cree que pueda haber una paz real si es a costa de reinsertar a los guerrilleros, entre los cuales dice que se encuentran los asesinos de sus propios hermanos, sin que paguen por todo lo que han hecho.