República Dominicana es el tercer país con más porcentaje de madres jóvenes con un 25%, precedido por Nicaragua (28%) y Honduras (26%) (Unicef y Plan, 2013). Asimismo, América Latina y el Caribe son la región con mayor fecundidad adolescente después de África subsahariana a nivel mundial. Es decir, que en palabras de un ciudadano dominicano “no hay que ir lejos para encontrar a una madre adolescente, ni seguir caminando mucho para encontrar otra”.
Hay una relación directa entre la clase social y los embarazos a temprana edad debido a la ausencia de educación, un fuerte vínculo entre maternidad temprana y pobreza. La educación superior tiene un elevado coste y al terminar los estudios obligatorios las niñas jóvenes dominicanas intentan buscar una “lengua alegre”, que son hombres que las enamoran y prometen un futuro ideal a su lado. Al mismo tiempo, la formación en términos sexuales es bastante escasa ya sea desde las escuelas como desde núcleo familiar. Es decir, que el sexo se consideraría como un tema tabú en República Dominicana.
El aborto en República Dominicana, sin embargo, es ilegal. Aunque en 2015 el gobierno de Danilo Medina despenalizó el aborto terapéutico, para las jóvenes dominicanas no se concibe como alternativa para no tener un hijo por causas sociales. De hecho el Estado Mundial de la Infancia del 2007, afirma que las niñas menores de 15 años tienen cinco veces más posibilidades de morir durante el embarazo que las madres mayores de 20 años de edad. Asimismo, las madres adolescentes tienen más probabilidades de ser madres solteras debido a la ausencia e irresponsabilidad de los padres por la misma falta de educación, conocimiento del sexo.
Una niña de un Centro Tecnológico Comunitario explica que dos amigas suyas de 14 años se quedaron embarazadas. Una de ellas antes de casarse y la otra después. A pesar de ello su posición respecto al tema del matrimonio y la maternidad es que “queda demasiado lejos” y que es algo innecesario. Por eso, los Centros Tecnológicos Comunitarios (CTC) y otras organizaciones imparten programas y cursos dirigidos a estas niñas para concienciarlas de los peligros de quedarse embarazadas. Lo hacen en horarios y con temarios que se adaptan a sus necesidades. Una maestra del CTC del barrio de Boca Chica afirma que en los 5 años que se lleva a cabo la labor social fomentando la concienciación sobre el tema des de los centros comunitarios se han reducido notablemente las niñas embarazadas.
Paralelo a este fenómeno, se encuentra la importancia de la virginidad en la sociedad dominicana debido, entre otras cosas, a la práctica católica y cristiana. Esta llega hasta el punto que parejas que se han casado se han separado si la mujer no es virgen. De hecho, que la mujer sea infiel al hombre es lo más difícil para un hombre. Sin embargo, la mayoría de los hombres son infieles y los que no han tenido relaciones sexuales se ven como de “poco camino”.
Los embarazos adolescentes son un problema real en un país lleno de contradicciones en este ámbito ya sea por tradición o influencias religiosas. Des de muchas instituciones se intenta poner freno a este fenómeno, aunque esta sigue siendo una de las asignaturas pendientes del país.