Pasan las 8 de la mañana, nos encontramos en el autobús y se puede respirar un azahar humano de ilusión en el ambiente. El cansancio pesa y los ojos luchan contra el sueño para mantenerse despiertos. De golpe cierro los ojos, pero en mi reproductor empieza a sonar »Take this waltz» de Leonard Cohen que consigue hipnotizarme. Miro por la ventana y veo caer la lluvia sobre el infinito verde del sur chileno, la cual hace que el entorno pueda preservar su brillantez e identidad. Presiento que va a ser un buen día.
Me siento en la parte de atrás, sólo, anestesiado por lo que puedo ver mientras aprovecho la tregua que me ha dado el sueño, estoy feliz. Continúa sonando esta genial melodía de Cohen, reflexiono. Esta canción está basada en el poema de Lorca »Mi pequeño vals vienés», puede parecer que no haya relación entre Chile, Leonard Cohen y Lorca, pero un cantautor chileno como Victor Jara cayó al inicio de la dictadura, emulando así a García Lorca con el inicio de la dictadura en España, son las voces que representan al pueblo, las que irritan. 20 años despues de la dictadura chilena, todavía se ven resquicios de lo que fue, y se alargará varias generaciones, sin poder nunca hacer justícia… ellos murieron jóvenes, y con frecuencia me pregunto, que se dejarían sin decirnos…
Hoy iremos a un pueblo mapuche, y el vals está terminando. La barriga se me encoje, y desconozco si es la magia que en mí produce la canción, o la ilusión de poder visitar al pueblo indigena. Lo admiro, tienen tantas cosas que contarnos, que resulta increible poder dar voz a su silencio.
La canción termina, y el sueño se vuelve a apoderar de mí.