La expedición Tahina Can llega a Etiopía tras hacer escala en Estambul
Por Leah Elena Schupp
El aeropuerto siempre ha significado nuevos comienzos y nuevas experiencias. Cada persona con una distinta vida a otra, se juntan en un lugar con un solo objetivo: viajar. El grupo de Tahina-Can, compuesto por periodistas, profesores, estudiantes y un doctor, se reúne por primera vez en el aeropuerto de Barcelona.
Después de haber facturado sus pertenencias, se organizaron en grupos para establecer los primeros contactos. No se conocían de antes, pero tuvieron algo en común: las ganas de conocer una cultura tan distinta y empezar la aventura. Preguntaron nombres y dónde vivía cada uno, y rápidamente las amistades se profundizaron. Los expedicionarios se separaron en tres grupos: redes sociales, fotoperiodismo y prensa, para hablar de lo que iban a tratar durante de los 10 días en el país. Al terminar, embarcaron en el avión a Estambul.
El vuelo, en el que cada miembro de la expedición disfrutaba de maneras diferentes, duró tres horas y media . En esos momentos es cuando la gente empezaba a conocerse de verdad: podían hablar de sus vidas en detalle. Llegaron con una hora de escala para coger el siguiente vuelo: destino Adis Abeba. Cogieron las mochilas y bajaron del avión. Al llegar a Turquía, se notaba que estaban en un entorno diferente al de Barcelona: había mucha diversidad de personas. Se pusieron a buscar la puerta de embarque y se sentaron para esperar al avión.
En el avión para ir a Etiopía los expedicionarios se mezclaron con gente de ese país. Unos hicieron amigos y pudieron aprender un poco más del país desde una perspectiva más personal, algo que es un lujo cuando alguien viaja. Había una gran selección de películas en varios idiomas. Tras cinco horas de vuelo, aterrizamos en la capital de Etiopía, Addis Abeba. Para muchos de la expedición, esta fue la primera vez en Africa.
Al salir, recogieron el equipaje de la cinta. Salieron al aire fresco por primera vez en 15 horas. Hacía unos 16 grados, un poco más de frío que en España. Cuando subieron al bus, unas mujeres les dieron a cada uno de la expedición una rosa. Dar una rosa en el aeropuerto es un ritual que representa alegría y la bienvenida a un huésped o familiar que viene al país. En el corto trayecto en bus al hotel, tuvieron un atisbo a lo que les esperaba al día siguiente. Llegaron al hotel sanos y salvos y tuvieron una reunión para comentar cuáles serían los planes día los del viaje. Sobre las dos de la mañana, todos se separaron a sus habitaciones para ir a dormir.